Carlos superviviente de CUATRO –he escrito, CUATRO Y NO ME HE EQUIVOCADO- trasplantes de hígado.
Hay que tener agallas, la fuerza y la impresionante FE que el titán de DON CARLOS le ha demostrado al mundo desde aquel inolvidable JUNIO DEL 2002 que su diminuto y gigantesco – a la vez- cuerpo era perforado por las hábiles y expertas manos de los “ingenieros” del Hospital Clínico de Zaragoza tras haber salido indemne de su eterno peregrinar por el feudo madrileño de Puerta de Hierro, para encarar su nueva y apasionante andadura.
Cuatro lustros por esos campos de Dios, luego “asistente” en la División de Honor para ayudar a las estrellas del silbato.
Todos los que han comandado tríos pueden hacer pública connotación de su solidaridad, lealtad y disponibilidad. Carlos siempre ha pensado primero en el compañero y luego en él. Daudén o Prados certificarían ante notario lo que apresuradamente escribo.
Y ese primero tú es lo que también ha guiado a Carlos en esta denodada lucha que está llevando desde su Fundación en auxilio de los que han sufrido percances iguales o similares al suyo. Como superviviente personal de esa terrible palabra –TRASPLANTE- gracias, millones de gracias por todo lo que haces, pero sobre todo y por encima de todo, por esa IMPAGABLE LECCIÓN de VIVIR CON GANAS.
Maestro, amigo, hermano, gracias y que DIOS te lo premie. Nosotros nunca podremos hacerlo. Estás muy por encima de un mortal pecador.
José María García
Periodista